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Exposición Expoeduca 2020

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    Exposición Expoeduca 2020

    Eventos | 9 marzo 2020

    Nancur estuvo en ExpoEduca 2020 y realizó una conferencia relativa a la Educación Consciente. 

    Os dejamos a continuación una pincelada de lo que se habló.

    Todos venimos cargados con una mochila de experiencias, discursos…y, en la mayoría de los casos, acabamos actuando por inercia, sin poder tener en cuenta aquello que puede estar influyendo en nuestra manera de actuar. 

    Es necesario un tiempo y permitirse el espacio para darse cuenta (ser conscientes) para pensar en  qué se hace con los hijos, y en general con uno mismo. No hay manera buena o mala de hacer, no existe una fórmula mágica. Cada uno tiene que encontrar su manera,  con la que poder estar tranquilo y cómodo. Encontrar una coherencia interna entre lo que uno piensa, siente, dice y hace, y poder sostenerlo. 

    Quedémonos con el mensaje de las 3 C : 

    • Conciencia
    • Coherencia
    • Constancia

    Nosotras como psicoterapeutas le damos mucha importancia al trabajo con la palabra. Todos hemos experimentado los efectos de las palabras en cada uno de nosotros. Los mensajes positivos tienen efectos positivos, tanto a nivel cerebral como afectivo. Los efectos son similares con los  mensajes negativos, pero en signo contrario.  

    Lo que decimos y nos dicen tiene efectos. 

    Y es desde ahí desde donde entendemos nosotras el trabajo con las personas, se tenga la edad que se tenga. 

    Todos venimos con la huella de los mensajes que hemos ido recibiendo a lo largo de nuestra vida y, en función de eso, hemos ido adaptándonos y respondiendo. Es lo que se entiende por efecto Pigmalión: responder a lo que el otro espera de nosotros.   

    Algunos pilares que ayudan en la crianza podríamos definirlos sintéticamente en:  

    1.  Poner palabra, como herramienta fundamental para transmitir y permitir a los niños que puedan expresarse. El lenguaje es el principal delimitador. Si acompañamos lo que va sucediendo con el lenguaje, (poniendo palabras) estamos introduciendo indirectamente el límite.  “esto se dice mesa y no silla”.Cuando hablamos de límite ( tema que elaboraremos en una próxima publicación), no se trata de un intento de dominar a los hijos, sino de ayudarlos a aceptar el lugar que  corresponde a cada uno. (Hijo- padres) Consiste en contener y acompañar para que ellos puedan soportar (emocional y elaborativamente).
    2. No confundir “ escuchar al hijo” con “hacer lo que dice”. Una consulta frecuente que nos encontramos actualmente es la del llamado Síndrome del niño Emperador: en el que, fundamentalmente, se produce esta confusión y se tiende a hacer lo que el hijo quiere. Es importante darle un lugar al niño para expresarse y sentirse escuchado, tenerlo en cuenta en aquello que desea, pero teniendo presente que no por ser su deseo/demanda, se debe satisfacer de manera inmediata y sin limitación del adulto/ progenitor.
    3. Cuando hablamos de comunicarnos con los hijos, no menos importante es poder poner filtro por parte de los padres de qué decir. No hay que olvidar que los niños son niños y  no pueden asimilar lo que le sucede al adulto. Hay que preservarlos del mundo adulto, porque no entienden y eso les angustia, aunque no siempre parezca evidente. La frase de “ no es cosa de niños, es cosa de adultos” los tranquiliza.
    4. Si queremos dar lugar a la palabra debemos proporcionarles el espacio para la subjetividad. A menudo, llevados por los tiempos que nos impone la contemporaneidad actual, centramos nuestra atención en cubrir las necesidades básicas: alimentación, sueño, educación, deberes.. y nos olvidamos de dar espacio a la cuestión más subjetiva: un abrazo porque sí, una pregunta de cómo está, qué sientes con esto que pasa… Esta es una buena manera de darle lugar al niño. No tener prisa para estar y prestar atención plena  y presente al momento que pasamos con ellos. Pero es importante, para poder dar ese lugar al niño, el adulto tiene que poder darse un lugar a sí mismo para lo afectivo, tolerar lo emocional, reconocerlo, poderlo compartir con un otro. 
    5. Soportar/permitir la frustración. A menudo sentimos que hay que complacer al hijo para evitar su frustración, cuando ésta es un sentimiento más que existe y que está bien que exista. El tiempo actual apunta al mensaje de que no falte nada: todo e inmediato. Cuando uno no tiene lo que quiere significa  que algo falta. Esa falta es lo que promueve que podamos desear otras cosas. Y es también la que genera frustración en el niño. Acompañarlo a gestionar la frustración por no tener aquello que quiere, en el momento en que lo quiere, y aprender a soportar posponer su consecución, le permitirá ir distinguiendo entre “necesito” y “quiero”,  y gestionar su deseo en función de su momento evolutivo. 

    Nancur

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